La vitamina D es un nutriente esencial que desempeña un papel crucial en la salud ósea y en la regulación del calcio en el organismo. Sin embargo, su consumo excesivo, especialmente a través de suplementos, puede acarrear serios riesgos para la salud. En los últimos años, ha aumentado la tendencia de las personas a recurrir a suplementos de vitamina D sin la debida supervisión médica, lo que ha llevado a expertos a alertar sobre los peligros asociados a esta práctica.
Una de las principales preocupaciones es la falta de control sobre la calidad y la dosificación de los suplementos que se adquieren, especialmente aquellos comprados por internet. La catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo, África González, advierte que estos productos pueden contener contaminantes y no siempre cumplen con los estándares de seguridad necesarios. En mayo de 2025, se registró una alerta sanitaria en Baleares tras el consumo de un suplemento defectuoso que provocó hospitalizaciones debido a hipercalcemia y otros problemas graves de salud. Este caso no es aislado; la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha documentado incidentes previos relacionados con la sobredosificación de vitamina D, tanto en adultos como en niños.
La vitamina D es liposoluble, lo que significa que se almacena en el hígado y en los tejidos grasos, y no se elimina fácilmente del cuerpo. Esto implica que un consumo excesivo puede resultar tóxico. González utiliza la analogía de un vaso de agua para explicar este fenómeno: «Si tenemos un vaso lleno de agua, por más que echemos más agua, no obtendremos más espacio. Lo que rebose puede dañar nuestro organismo». Por lo tanto, es fundamental que la suplementación de vitamina D se realice bajo la supervisión de un profesional médico, quien puede determinar si es necesaria y en qué dosis.
El Ministerio de Sanidad de España enfatiza que la suplementación de vitamina D solo debe llevarse a cabo en casos de déficit confirmado o en situaciones clínicas específicas. La recomendación es que cualquier persona interesada en tomar suplementos de vitamina D consulte primero a un médico, quien podrá evaluar su situación y determinar si realmente necesita este tipo de intervención. Además, el uso indiscriminado de suplementos puede llevar a efectos adversos, especialmente si se exceden las dosis recomendadas.
La principal fuente de vitamina D es la exposición al sol, que permite la síntesis cutánea de este nutriente. También se puede obtener a través de la dieta, consumiendo alimentos como pescados azules, huevos, lácteos y ciertos vegetales. Una dieta equilibrada y una exposición controlada al sol son generalmente suficientes para mantener niveles adecuados de vitamina D en la mayoría de las personas. Sin embargo, la creciente preocupación por la salud ha llevado a un aumento en las solicitudes de análisis de vitamina D, aunque el Ministerio de Sanidad desaconseja el cribado generalizado y la suplementación sin indicaciones médicas precisas.
Las guías clínicas actuales indican que no está justificado realizar un cribado poblacional ni determinar rutinariamente los niveles de 25-OH-D en personas asintomáticas sin factores de riesgo específicos. Según la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos, niveles de 25-OH-D entre 12 y 20 ng/ml son suficientes para cubrir las necesidades del 97,5% de la población. Sin embargo, en personas mayores o en aquellas con condiciones específicas como osteoporosis, puede ser justificada la suplementación, con dosis que varían entre 400 y 2.000 UI/día, dependiendo de la situación clínica.
Es importante destacar que la evidencia científica no respalda de manera concluyente los beneficios atribuidos a la vitamina D en términos de salud músculoesquelética. Por lo tanto, es esencial que cualquier decisión sobre la suplementación se base en criterios clínicos bien fundamentados y en la evaluación de un profesional de la salud. La vitamina D, aunque esencial, debe ser tratada con precaución y respeto, evitando el riesgo de sobredosificación y sus potenciales efectos adversos. La salud es un tema serio y debe ser abordado con la debida atención y cuidado, priorizando siempre la seguridad del paciente y el uso responsable de los suplementos nutricionales.