En el corazón del Trópico de Cochabamba, Bolivia, se ha erigido un fortín que simboliza la resistencia de Evo Morales, el expresidente del país, quien se encuentra en una situación crítica tras la emisión de una orden de captura en su contra. Desde octubre de 2024, Morales ha permanecido en esta zona, rodeado por miles de seguidores armados con lanzas y escudos, quienes lo defienden de lo que él considera un ataque político y judicial en su contra. Este artículo explora la compleja situación que enfrenta Morales, así como el contexto social y político que ha llevado a sus seguidores a construir un bastión de defensa en su nombre.
La situación de Morales se ha intensificado en los últimos meses, especialmente después de que se revelara una orden de captura por un caso de trata de personas agravada. Esta acusación se relaciona con una supuesta relación con una menor de edad, lo que ha generado un gran revuelo en el país. A pesar de la inhabilitación constitucional que le impide postularse como candidato, Morales ha manifestado su deseo de regresar a la arena política, apoyado por sus leales seguidores. En este contexto, la construcción de un fortín en Lauca Ñ no es solo una medida de seguridad, sino también un símbolo de resistencia y desafío a las autoridades.
### La Construcción del Fortín: Un Símbolo de Resistencia
El fortín que protege a Evo Morales ha sido construido por sus seguidores, quienes han levantado vallas con estacas puntiagudas, torres de vigilancia y han establecido puntos de control para asegurar la zona. Este lugar, que ellos llaman ‘La Vigilia’, se ha convertido en un espacio donde los seguidores de Morales se agrupan para proteger a su líder. La presencia de lanzas de madera, escudos artesanales y la disposición de los seguidores para defender a Morales de cualquier amenaza refleja la lealtad que este líder ha cultivado a lo largo de los años.
Maicol Rojas, un dirigente sindical, ha declarado que las armas que portan son defensas basadas en sus usos y costumbres, lo que subraya la conexión cultural y social que tienen con Morales. La idea de que están listos para detener a cualquier «sicario» que intente atentar contra la vida de Morales muestra la percepción de amenaza que sienten sus seguidores. Esta situación ha llevado a que el Trópico de Cochabamba sea considerado una «tierra sin ley», donde las fuerzas de seguridad del Estado han sido retiradas debido a la violencia que ha surgido en la región.
La ausencia de policías y militares en la zona ha permitido que Morales ejerza un control casi absoluto sobre sus seguidores, quienes han bloqueado carreteras y han llevado a cabo protestas en su nombre. La violencia que se ha desatado en estas manifestaciones ha resultado en la muerte de varios policías y civiles, lo que ha llevado al gobierno de Luis Arce a denunciar a Morales por múltiples delitos, incluyendo terrorismo y obstrucción de procesos electorales. Sin embargo, Morales ha desestimado estas acusaciones, afirmando que son parte de una estrategia para aislarlo políticamente y evitar que sea un rival electoral.
### La Relación entre Morales y sus Seguidores
La relación entre Evo Morales y sus seguidores es compleja y está profundamente arraigada en la historia política de Bolivia. Desde sus inicios como líder sindical de campesinos cocaleros en la década de 1990, Morales ha sabido cultivar una lealtad inquebrantable entre sus bases. Esta lealtad se ha manifestado en la forma en que sus seguidores han respondido a las crisis que ha enfrentado, incluyendo su renuncia en 2019 y su posterior regreso al país tras un año de asilo en México y Argentina.
Los seguidores de Morales ven su fortín en Lauca Ñ como una extensión de la ‘Casa Grande del Pueblo’, el edificio gubernamental que él mandó construir durante su presidencia. Este simbolismo es crucial, ya que representa no solo la defensa de su líder, sino también la defensa de un modelo de gobierno que ellos consideran representativo de sus intereses y derechos. La construcción de este fortín es, por lo tanto, una manifestación de la resistencia cultural y política de un sector de la población que se siente amenazado por las políticas del actual gobierno.
A medida que la situación se desarrolla, la figura de Evo Morales sigue siendo polarizadora en Bolivia. Mientras algunos lo ven como un defensor de los derechos de los pueblos indígenas y de los sectores más desfavorecidos, otros lo consideran un líder que ha abusado de su poder y que ahora enfrenta las consecuencias de sus acciones. La construcción de su fortín en el Trópico de Cochabamba es un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, la lealtad de sus seguidores sigue siendo fuerte y que la lucha por el poder en Bolivia está lejos de haber terminado.