Las inundaciones repentinas en Texas han dejado un saldo devastador, con al menos 52 muertos, entre ellos 15 niños, y decenas de desaparecidos. Este desastre natural fue provocado por una súbita crecida del río Guadalupe, que se intensificó tras un temporal que azotó el centro-sur del estado. La situación ha llevado a las autoridades a declarar un estado de emergencia en el condado de Kerr, donde se han concentrado los esfuerzos de rescate y recuperación.
La tragedia comenzó el viernes, cuando las lluvias torrenciales desataron una serie de inundaciones que sorprendieron a la población local. El gestor de la ciudad de Kerrville, Dalton Rice, ha advertido que las cifras de fallecidos podrían aumentar, y ha convocado conferencias para evaluar la situación. En el campamento cristiano para niñas Mystic, 27 personas, incluyendo niñas y monitoras, continúan desaparecidas, lo que ha intensificado la angustia entre las familias afectadas.
El papa Francisco también ha expresado su dolor por las víctimas de esta catástrofe, enviando sus condolencias a las familias de los fallecidos, especialmente a aquellas que han perdido a sus hijas en el campamento de verano. En un emotivo mensaje, el pontífice pidió oraciones por las víctimas y sus seres queridos, reflejando la conmoción que ha causado este desastre a nivel internacional.
Los meteorólogos han pronosticado que se esperan nuevos episodios de lluvias intensas en los próximos días, lo que podría agravar aún más la situación. Jason Runyen, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, ha indicado que cualquier lluvia adicional podría causar más inundaciones en áreas que ya están saturadas. La preocupación por la seguridad de los residentes es alta, y las autoridades han instado a la población a mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de evacuación.
La magnitud de las lluvias fue inesperada, con más de 300 milímetros de precipitación en un corto período, lo que llevó al río Guadalupe a crecer hasta ocho metros en solo 45 minutos. Esta situación ha sido calificada por los funcionarios locales como un fenómeno meteorológico sin precedentes, que ha desbordado las capacidades de respuesta de las autoridades. La falta de personal en el servicio meteorológico durante las inundaciones ha sido criticada, ya que se considera que esto pudo haber complicado la reacción ante la catástrofe.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha calificado las inundaciones de «terribles» y ha prometido apoyo federal para ayudar a las comunidades afectadas. En su declaración, Trump destacó la importancia de actuar rápidamente para brindar asistencia a los damnificados y ha asegurado que su administración está trabajando en estrecha colaboración con el gobernador de Texas para abordar la situación.
Mientras tanto, los equipos de rescate, que incluyen a unos 500 rescatistas y 14 helicópteros, continúan su labor en la búsqueda de sobrevivientes y en la recuperación de cuerpos. La Guardia Costera y la Guardia Nacional de Texas han sido desplegadas para ayudar en las operaciones de rescate, que se están llevando a cabo tanto por aire como por tierra y agua. El jefe del departamento de gestión de emergencias de Texas, Nim Kidd, ha afirmado que la búsqueda de los desaparecidos continuará hasta que se encuentre a todas las personas que aún están en paradero desconocido.
La comunidad de Kerrville ha mostrado un fuerte sentido de unidad y solidaridad en estos momentos difíciles. Los residentes se han ofrecido como voluntarios para ayudar en las labores de limpieza y recuperación, mientras que las autoridades han instado a la población a tener cuidado debido a las condiciones peligrosas que persisten en la zona. La ciudad se está preparando para enfrentar las consecuencias a largo plazo de esta tragedia, incluyendo la posible contaminación del agua debido a los escombros arrastrados por las inundaciones.
Este evento ha puesto de relieve la creciente preocupación por el cambio climático y su impacto en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos. Los científicos advierten que el cambio climático ha contribuido a que eventos como inundaciones, sequías y olas de calor sean cada vez más comunes y severos. La comunidad científica y las autoridades locales están trabajando para entender mejor estos patrones y mejorar la preparación ante futuros desastres naturales.
La situación en Texas sigue siendo crítica, y las autoridades están haciendo todo lo posible para asegurar la seguridad de los residentes y brindar apoyo a las familias afectadas por esta tragedia. La búsqueda de las niñas desaparecidas y la recuperación de los cuerpos de las víctimas continúan siendo la prioridad en estos momentos de dolor y angustia para la comunidad.