La violencia vicaria, un fenómeno que ha cobrado una alarmante relevancia en los últimos años, se refiere a aquellos crímenes en los que un agresor utiliza a los hijos como medio para infligir daño a la madre. En 2024, España registró un aumento significativo en los asesinatos de niños en este contexto, lo que ha llevado a expertos y autoridades a cuestionar la efectividad de los mecanismos de protección existentes. Este artículo explora los datos recientes sobre la violencia vicaria y la necesidad urgente de una respuesta más robusta por parte de las instituciones.
**Un aumento preocupante en los asesinatos de niños**
El año 2024 marcó un hito trágico en la historia de la violencia vicaria en España, con un total de nueve asesinatos de niños, la cifra más alta desde que se tienen registros. Este incremento ha sido destacado por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Poder Judicial, que señala que el 83% de los agresores habían sido denunciados previamente por sus parejas o exparejas. Este dato es alarmante, ya que contrasta drásticamente con la media histórica de denuncias previas en asesinatos vicarios, que se sitúa en un 35,4%. La vocal del CGPJ, Esther Rojo, ha subrayado la necesidad de una investigación más exhaustiva para comprender las causas detrás de este aumento.
La violencia vicaria no solo afecta a las mujeres, sino que también tiene un impacto devastador en los niños, quienes son utilizados como herramientas de control y venganza. En 2024, la media de edad de los niños asesinados fue de 6,2 años, y el 74,2% de las víctimas tenía menos de 10 años. Este fenómeno plantea serias preguntas sobre la efectividad de las medidas de protección que se han implementado hasta ahora.
**El papel de las instituciones y la necesidad de confianza**
A pesar de los datos alarmantes, el Observatorio ha hecho un llamado a las mujeres maltratadas para que confíen en las instituciones y presenten denuncias. Sin embargo, la realidad es que muchas mujeres se sienten desprotegidas y temen que sus denuncias no sean tomadas en serio. En 2024, el 31% de las mujeres víctimas mortales habían denunciado a su agresor, lo que indica que el sistema no ha sido capaz de protegerlas adecuadamente. La presidenta del Observatorio, Esther Erice, ha enfatizado la importancia de aumentar la pedagogía y la información sobre la naturaleza de la violencia de género y vicaria, así como la necesidad de una respuesta más efectiva por parte de los poderes públicos.
El informe también revela que el 46% de los agresores vicarios se suicidan tras cometer el crimen, un porcentaje significativamente más alto que en los casos de violencia de género donde se asesina a la pareja o expareja. Este dato sugiere que la violencia vicaria es un fenómeno complejo que requiere un enfoque multidimensional, que no solo contemple la protección de las víctimas, sino también la prevención de estos crímenes.
La violencia vicaria es un reflejo de una sociedad que aún lucha por erradicar la violencia de género en todas sus formas. La falta de confianza en las instituciones y la percepción de que las denuncias no llevan a una protección efectiva son barreras que deben ser superadas. Es fundamental que las autoridades trabajen en la creación de un entorno donde las mujeres se sientan seguras al presentar denuncias y donde se garantice una respuesta rápida y efectiva.
**Datos sobre la violencia machista y doméstica**
El informe del CGPJ también destaca que, aunque ha habido un leve descenso en los asesinatos machistas, con 48 víctimas mortales en 2024, la cifra sigue siendo inaceptable. Este descenso se atribuye a la consolidación de mecanismos de protección, aunque muchos de estos aún son insuficientes. En 2024, siete de cada diez mujeres asesinadas convivían con su agresor en el momento del crimen, lo que pone de manifiesto la necesidad de abordar la violencia de género desde un enfoque integral que contemple la convivencia y las dinámicas familiares.
Además, el informe señala un aumento en el número de víctimas de origen extranjero, que representaron el 50% del total de asesinatos en 2024. Este dato resalta la necesidad de políticas inclusivas que aborden las particularidades de las diferentes comunidades y que garanticen la protección de todas las mujeres, independientemente de su origen.
Por otro lado, la violencia doméstica, que incluye los asesinatos de hombres a manos de sus parejas o exparejas, sigue siendo un tema menos visibilizado. En 2024, se registraron cuatro víctimas de violencia doméstica, todos hombres, lo que indica que la violencia en el ámbito familiar es un fenómeno que afecta a todos los géneros, aunque de manera desigual.
La violencia vicaria y la violencia de género en general son problemas que requieren una respuesta coordinada y efectiva por parte de las instituciones. La falta de protección adecuada para las víctimas y el aumento de los crímenes en este contexto son señales de que se necesita un cambio urgente en la forma en que se aborda la violencia en la sociedad. Las autoridades deben trabajar para garantizar que las mujeres y los niños estén protegidos y que los agresores enfrenten las consecuencias de sus actos.