La reciente controversia en torno a las pinturas murales del monasterio de Sijena ha suscitado un amplio debate sobre la conservación del patrimonio cultural en España. Más de 130 profesionales de la conservación-restauración han firmado un manifiesto que aboga por un enfoque técnico y científico en el tratamiento de estas obras, en lugar de dejarse llevar por intereses políticos o judiciales. Este llamado a la acción resalta la importancia de preservar la integridad de los bienes culturales y de abordar su conservación desde una perspectiva ética y profesional.
### La Fragilidad de las Pinturas de Sijena
Las pinturas murales del monasterio de Sijena, que actualmente se encuentran expuestas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), son consideradas obras de arte intrínsecamente frágiles. Los expertos han expresado su preocupación por el tratamiento que están recibiendo, enfatizando que cualquier decisión relacionada con su conservación debe basarse en criterios técnicos y científicos. El manifiesto destaca que el aspecto judicial del caso ya ha sido resuelto, y que es hora de centrarse en la conservación efectiva de estas obras.
Los conservadores han señalado que la instrumentalización del patrimonio cultural para fines políticos es una práctica dañina. Según ellos, el patrimonio no debe ser utilizado como un símbolo o bandera que se agita según convenga, sino que debe ser tratado con el respeto y la seriedad que merece. La integridad de estas obras es fundamental no solo para su preservación, sino también para el enriquecimiento cultural de la sociedad en su conjunto.
El manifiesto también hace referencia al código ético establecido por la European Confederation of Conservator-Restorers Organisations (ECCO), que establece que los conservadores tienen la obligación de anteponer la integridad de los bienes culturales a cualquier tipo de presión externa. Esto incluye presiones políticas, institucionales o económicas, que pueden comprometer la calidad y la efectividad de la conservación.
### La Responsabilidad de las Administraciones
Los conservadores han criticado la falta de atención que las administraciones públicas dedican a la defensa y protección del patrimonio cultural. En su opinión, la sobreactuación en torno a casos como el de Sijena es más demagógica que efectiva. A menudo, el patrimonio cultural es ignorado hasta que se convierte en un tema de interés político, lo que plantea serias preguntas sobre la verdadera intención detrás de estas acciones.
La situación actual pone de relieve la necesidad de un cambio en la forma en que se aborda el patrimonio cultural en España. Los profesionales del sector abogan por una mayor inversión en la conservación y protección de estos bienes, así como por un enfoque más colaborativo entre las diferentes instituciones involucradas. Esto no solo beneficiaría a las obras en sí, sino que también enriquecería el patrimonio cultural del país, asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutar de estas obras en su estado más puro.
Además, la comunidad de conservadores ha instado a la sociedad a involucrarse en la defensa del patrimonio cultural. La educación y la sensibilización sobre la importancia de la conservación son esenciales para fomentar un entorno en el que se valore y respete el patrimonio cultural. Esto incluye no solo la protección de obras de arte, sino también la preservación de tradiciones, costumbres y lugares históricos que forman parte de la identidad cultural de una nación.
El manifiesto de los conservadores es un recordatorio de que la conservación del patrimonio cultural no es solo una cuestión técnica, sino también una cuestión ética. La responsabilidad de preservar estas obras recae no solo en los conservadores, sino en toda la sociedad. Es fundamental que se reconozca el valor de estas obras y se actúe en consecuencia, asegurando que se mantengan para el disfrute y la educación de las futuras generaciones.
En resumen, el caso de las pinturas murales de Sijena ha puesto de manifiesto la necesidad de un enfoque más ético y profesional en la conservación del patrimonio cultural. La comunidad de conservadores ha hecho un llamado a la acción, instando a las administraciones y a la sociedad en general a priorizar la integridad de los bienes culturales por encima de cualquier interés político o económico. Solo a través de un compromiso colectivo se podrá garantizar la preservación de nuestro patrimonio cultural para el futuro.