La comunicación entre padres e hijos es fundamental para el desarrollo emocional y psicológico de los más pequeños. Sin embargo, muchos padres se enfrentan a la dificultad de entender lo que sus hijos realmente sienten. A menudo, los niños no expresan sus emociones de manera verbal, lo que puede llevar a malentendidos y frustraciones. En este contexto, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao ofrece valiosas recomendaciones sobre cómo los padres pueden interpretar las señales no verbales de sus hijos y fomentar un ambiente de confianza y apertura.
### La importancia de la comunicación no verbal
Los niños, especialmente los más pequeños, carecen de las herramientas lingüísticas necesarias para expresar sus emociones de manera clara. Esto no significa que no tengan sentimientos; al contrario, pueden experimentar una amplia gama de emociones que no saben cómo comunicar. Por ejemplo, un niño que ha tenido un mal día en la escuela puede no decirlo explícitamente, pero su comportamiento puede reflejarlo. Puede mostrarse más irritable, llorar sin razón aparente o buscar la cercanía de sus padres.
Bilbao sugiere que los padres deben aprender a observar estos comportamientos y a interpretar lo que pueden significar. Por ejemplo, si un niño se muestra más callado de lo habitual, podría estar lidiando con una experiencia negativa en la escuela, como un regaño por parte de un profesor. En lugar de esperar a que el niño hable, los padres pueden tomar la iniciativa de preguntar de manera suave y comprensiva: «Parece que te está pasando algo… ¿quieres que nos sentemos a hablar un rato?» Esta aproximación no solo abre la puerta a la comunicación, sino que también valida los sentimientos del niño, haciéndolo sentir seguro y comprendido.
### Frases que los niños nunca dirán
Bilbao también menciona varias frases que los niños rara vez dirán, pero que reflejan sus necesidades emocionales. Por ejemplo, un niño puede desear un abrazo después de un día difícil, pero no sabe cómo pedirlo. En lugar de esperar que el niño exprese su necesidad de afecto, los padres pueden anticiparse a ello. Una simple afirmación como: «Hoy tienes muchas ganas de estar con mamá, ¿verdad?» puede ser suficiente para que el niño se sienta comprendido y apoyado.
Otro ejemplo que menciona es el de un niño que ha tenido un conflicto con un compañero en el parque. Es probable que no se atreva a contar lo sucedido, pero su mal humor puede ser un indicativo de que algo le preocupa. En este caso, los padres pueden decir: «A veces, cuando estamos enfadados es porque alguien nos hizo algo que no nos gustó. ¿Puede ser?» Esta pregunta no solo invita al niño a compartir su experiencia, sino que también le ayuda a poner en palabras lo que siente.
Además, hay momentos en que los niños simplemente quieren estar cerca de sus padres, pero no saben cómo expresar ese deseo. Un niño puede llorar o quejarse de que está cansado, cuando en realidad lo que necesita es la cercanía de su madre o padre. En estos casos, los padres pueden agacharse a la altura del niño y decir: «Creo que este niño tiene muchas ganas de estar con mamá. Me encanta estar contigo. ¿Quieres que cuando lleguemos a casa nos demos un baño juntos?» Este tipo de interacción no solo fortalece el vínculo entre padres e hijos, sino que también enseña a los niños que está bien expresar sus emociones y necesidades.
### Estrategias para fomentar la expresión emocional
Fomentar un ambiente donde los niños se sientan cómodos expresando sus emociones es crucial para su desarrollo emocional. Los padres pueden implementar varias estrategias para lograrlo. Una de ellas es crear un espacio seguro donde los niños sientan que pueden hablar sin ser juzgados. Esto implica escuchar activamente y validar sus sentimientos, incluso si parecen triviales desde la perspectiva adulta.
Otra estrategia es modelar la expresión emocional. Los padres pueden compartir sus propias experiencias y emociones, mostrando a sus hijos que es normal sentirse tristes, enojados o confundidos. Al hacerlo, los niños aprenden que está bien hablar sobre sus sentimientos y que no están solos en sus experiencias.
Además, es útil utilizar cuentos o juegos para abordar temas emocionales. Los relatos pueden ser una herramienta poderosa para ayudar a los niños a identificar y expresar sus propios sentimientos. A través de personajes y situaciones con las que se pueden identificar, los niños pueden aprender a poner en palabras lo que sienten y a entender que sus emociones son válidas.
En resumen, la comunicación efectiva entre padres e hijos es esencial para el bienestar emocional de los niños. Al aprender a interpretar las señales no verbales y fomentar un ambiente de apertura y confianza, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar habilidades emocionales que les servirán a lo largo de su vida.