En la actualidad, las ciudades enfrentan un desafío significativo: equilibrar la atracción de inversión y talento con la necesidad de preservar la calidad de vida de sus residentes. Este dilema se ha vuelto más evidente a medida que los patrones de movilidad han evolucionado, impulsados por factores como el trabajo remoto, la formación continua y la salud. En este contexto, el alojamiento flexible ha emergido como una solución viable que no solo responde a las necesidades de los viajeros, sino que también contribuye al bienestar de las comunidades locales.
### La Necesidad de un Modelo Urbano Integrador
La planificación urbana tradicional ha sido puesta a prueba por la creciente demanda de alojamiento que va más allá del turismo vacacional. El alojamiento flexible, que incluye opciones como colivings, serviced apartments y residencias de media estancia, se presenta como una alternativa que puede generar valor añadido a las ciudades. Este tipo de alojamiento no solo proporciona una solución a la escasez de vivienda, sino que también dinamiza los barrios al atraer a una población diversa que busca residencias temporales o de corta duración.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el alojamiento flexible representa actualmente el 1,32% del total de viviendas en España. Aunque esta cifra puede parecer modesta, es crucial entender que no es un factor determinante en la presión del mercado residencial. Por el contrario, el alojamiento flexible puede ser una herramienta estratégica para gestionar la urbanización, siempre que se implemente bajo criterios de planificación y cumplimiento normativo.
La clave está en la profesionalización del sector. La oferta de alojamiento flexible debe ser gestionada por operadores responsables que garanticen la calidad y la seguridad tanto para los viajeros como para los residentes. Esto implica que el sector debe alinearse con las normativas urbanísticas y fiscales, asegurando que se cumplan todas las obligaciones legales. De esta manera, se puede fomentar un entorno de confianza y colaboración entre los diferentes actores involucrados.
### Desafíos y Oportunidades en la Regulación
A pesar del potencial del alojamiento flexible, el sector ha crecido en un marco normativo fragmentado que no distingue entre prácticas responsables y actividades informales. Esta falta de regulación ha generado inseguridad jurídica y distorsiones en la competencia, lo que a su vez ha afectado la percepción pública del alojamiento flexible. Sin embargo, se estima que este sector contribuye con más de 6.400 millones de euros anuales a la economía española, lo que subraya su importancia.
Desde StayAlliance, se aboga por la creación de un marco regulador claro y actualizado que brinde estabilidad al sector. Esto no solo incentivaría la inversión responsable, sino que también garantizaría una convivencia sostenible en las ciudades. Un ejemplo positivo de esta colaboración se puede observar en San Sebastián, Gipuzkoa y Euskadi, donde se ha logrado una convivencia ejemplar con el sector hotelero mediante un modelo de gobernanza basado en la colaboración entre administraciones públicas y agentes del sector.
La implementación de una ventanilla única para arrendamientos, prevista para el próximo mes de julio, representa un avance significativo en la regulación del sector. Esta iniciativa permitirá un control más riguroso de la oferta en plataformas de alquiler y ayudará a combatir la actividad ilegal. La experiencia de otras ciudades que han logrado regular el alojamiento turístico de manera efectiva puede servir de modelo para otras regiones.
Es fundamental que la regulación no se enfoque en restringir el crecimiento del sector, sino en establecer criterios que garanticen su sostenibilidad y legitimidad. España tiene la oportunidad de convertirse en un referente no solo en turismo, sino también en la formulación de políticas públicas que equilibren el crecimiento económico con el bienestar de sus ciudadanos. El alojamiento flexible, gestionado de manera responsable, debe ser parte integral de este nuevo modelo urbano.
En resumen, el futuro del alojamiento flexible en las ciudades depende de la capacidad de los reguladores y los operadores para trabajar juntos en la creación de un entorno que favorezca tanto el desarrollo económico como la calidad de vida de los residentes. La clave está en encontrar un equilibrio que permita a las ciudades prosperar sin sacrificar el bienestar de sus habitantes. La urbanización moderna exige un enfoque innovador y colaborativo que integre las necesidades de todos los actores involucrados.