El biometano se presenta como una fuente de energía renovable con un potencial significativo para transformar el panorama energético y rural en España. Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el biogás y el biometano podrían generar una cantidad de energía equivalente a una cuarta parte del gas natural consumido globalmente. Esta energía no solo contribuye a la reducción de emisiones, sino que también ofrece soluciones locales que benefician tanto al medio ambiente como a la economía y la sociedad.
La importancia del biometano radica en su capacidad para revitalizar territorios rurales que han sido olvidados. Francesc Xavier Boya, secretario general para el Reto Demográfico del Ministerio para la Transición Ecológica, destaca que las plantas de biogás y biometano pueden abrir nuevas oportunidades en áreas despobladas, convirtiéndolas en lugares de desarrollo y atracción de talento joven. Estas instalaciones no solo generan energía, sino que también fomentan el emprendimiento agrícola y ganadero, al proporcionar soluciones sostenibles para la gestión de residuos.
En España, ya existen ejemplos de plantas de biogás que están impulsando el desarrollo local. La futura planta de biogás en Lliria, Valencia, y la planta en Alcarràs, Lleida, son casos destacados donde los ganaderos locales han tomado la iniciativa. Estas instalaciones no solo producen biometano, sino que también atraen a otras empresas, como una que se dedicará a la producción de fertilizantes orgánicos a partir de los digestatos generados.
### El Proceso de Producción de Biometano
El biometano se obtiene a partir del biogás, que se genera mediante la digestión anaeróbica de residuos orgánicos, como los desechos de la ganadería y la industria alimentaria. Este proceso natural no solo produce biometano, sino que también genera fertilizantes que pueden ser utilizados en la agricultura. El biogás está compuesto principalmente por metano y dióxido de carbono; al eliminar el dióxido de carbono, se obtiene biometano, un combustible renovable que puede ser inyectado en la red de gas natural sin necesidad de modificar las infraestructuras existentes.
Las plantas de biometano modernas están diseñadas para minimizar la huella de carbono y evitar la emisión de olores, funcionando como centros de transformación de residuos en nuevos productos energéticos. A pesar de su potencial, actualmente solo se aprovecha el 5% de la materia prima disponible para la producción de biogás y biometano. La AIE estima que, si se optimizan los recursos, la producción global podría alcanzar los 1.000 millones de metros cúbicos anuales, lo que representaría un 25% del consumo de gas natural mundial.
La implementación de marcos normativos y fiscales adecuados podría multiplicar por cinco la producción de biometano, manteniéndose competitiva con los precios actuales del gas. Desde 2020, más de 50 políticas públicas en todo el mundo han promovido el crecimiento del biometano, destacando su papel en la resiliencia energética y la economía circular.
### El Biometano y el Desarrollo Rural
Recientemente, la Fundación Repsol organizó un evento titulado ‘El papel del biometano en el desarrollo rural’, donde se discutieron las oportunidades que estas plantas ofrecen a las comunidades locales. Expertos y representantes de la administración pública, como Francesc Xavier Boya y Luis Puchades, presidente de la Asociación Española del Biogás (AEBIG), analizaron cómo los proyectos de biometano pueden integrarse con el entorno agroalimentario y generar empleo.
Carlos Cabrera, vicepresidente del Institut Cerdà, enfatizó que estos proyectos no solo benefician a la competitividad del sector primario, sino que también crean oportunidades laborales en el territorio. La vida útil de una planta de biometano puede superar los 20 años, lo que implica la necesidad de servicios de transporte, mantenimiento y otros, contribuyendo así al desarrollo económico local.
Además, las plantas de biometano ofrecen una alternativa viable para cumplir con la normativa europea que busca eliminar los vertidos de residuos orgánicos a vertedero. Esto permite que los municipios cercanos gestionen sus residuos sólidos orgánicos de manera más eficiente, contribuyendo a un entorno más limpio y sostenible.
Luis Puchades concluyó que los proyectos de biometano deben ser ejemplares y estar bien integrados con su entorno, estableciendo relaciones beneficiosas para todos los involucrados. España cuenta con las herramientas necesarias, incluidas tecnologías avanzadas y un sólido tejido empresarial, para convertirse en un líder en la producción de biometano en Europa. La colaboración entre el sector público y privado será clave para alcanzar este objetivo y aprovechar al máximo el potencial de esta energía renovable.