La central nuclear de Fordow, ubicada en Irán, se ha convertido en un punto focal de tensión en el conflicto entre Israel e Irán. Desde que se reveló su existencia en 2009, esta instalación ha sido objeto de múltiples ataques y amenazas, pero su diseño y ubicación han permitido que se mantenga operativa a pesar de los esfuerzos de Tel Aviv por desmantelar el programa nuclear iraní. A continuación, se presentan las claves que explican por qué Fordow sigue siendo un bastión en medio de la escalada de hostilidades en la región.
**Un Refugio Subterráneo**
La planta de Fordow fue construida en un entorno montañoso cerca de Qom, a unos 95 kilómetros al suroeste de Teherán. Su diseño subterráneo, que incluye túneles a profundidades de hasta 100 metros, la convierte en un objetivo extremadamente difícil de atacar. Las imágenes satelitales han revelado que la instalación alberga alrededor de 2,700 centrifugadoras, que han estado enriqueciendo uranio desde 2018, cuando Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear de 2015. Este enriquecimiento ha alcanzado niveles superiores al 60%, muy cerca del umbral necesario para desarrollar armas nucleares.
La naturaleza clandestina de Fordow ha sido una estrategia deliberada de Irán para proteger su programa nuclear de posibles ataques. La instalación está equipada con sistemas de defensa aérea que complican aún más cualquier intento de asalto. A pesar de los bombardeos aéreos que han devastado otras instalaciones nucleares iraníes, Fordow ha logrado resistir, lo que ha llevado a Israel a considerar opciones más drásticas para neutralizarla.
**Opciones de Ataque Limitadas**
Los expertos militares han identificado dos métodos principales para atacar la instalación de Fordow, ambos con riesgos significativos. La primera opción sería una operación terrestre, donde soldados tendrían que infiltrarse en el complejo altamente protegido para colocar explosivos. Sin embargo, hasta ahora, Israel ha optado por ataques aéreos, lo que limita su capacidad para causar daños significativos en esta instalación.
La segunda opción es el uso de la GBU-57A/B MOP, una bomba de penetración diseñada para destruir búnkeres. Esta bomba, que solo está disponible para las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, puede penetrar hasta 61 metros bajo tierra antes de detonar. Sin embargo, se necesitarían múltiples impactos en el mismo punto para tener una probabilidad razonable de éxito, lo que plantea un desafío logístico considerable.
A pesar de la presión internacional y las amenazas de Israel, Estados Unidos aún no ha intervenido directamente en el conflicto, lo que deja a Irán en una posición relativamente segura, al menos por el momento. La falta de acción militar directa por parte de Washington podría estar relacionada con el temor a las repercusiones de un ataque que podría resultar en fugas radiactivas y contaminación en toda la región.
**Sabotajes y Estrategias de Desestabilización**
A lo largo de los años, Israel ha implementado una serie de tácticas para debilitar el programa nuclear iraní, que incluyen sabotajes, ciberataques y asesinatos de figuras clave en el ámbito nuclear. La planta de Natanz, que también tiene componentes subterráneos, ha sido un objetivo recurrente, sufriendo apagones y daños significativos en varias ocasiones. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, Fordow ha permanecido intacta.
Irán ha negado repetidamente que su objetivo sea desarrollar armas nucleares, argumentando que su programa está destinado a fines pacíficos. Sin embargo, la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos e Israel, ha expresado su preocupación por el enriquecimiento de uranio a niveles tan altos. La reciente escalada de ataques por parte de Israel ha llevado a Irán a considerar la posibilidad de retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear, lo que podría tener implicaciones devastadoras para la estabilidad regional y global.
**Perspectivas Futuras**
La situación en torno a Fordow y el programa nuclear iraní es un reflejo de las complejas dinámicas geopolíticas en Oriente Medio. La posibilidad de que Irán desarrolle armas nucleares sigue siendo una preocupación para muchos países, y la respuesta de Israel a esta amenaza podría definir el futuro del conflicto. A medida que las tensiones aumentan, la comunidad internacional observa con atención, consciente de que cualquier acción militar podría desencadenar una crisis humanitaria y política de grandes proporciones.
La fortaleza de Fordow no solo representa un desafío para Israel, sino también un símbolo de la resistencia de Irán frente a la presión externa. A medida que el conflicto se intensifica, la atención se centrará en cómo ambas naciones manejarán esta delicada situación, y si la diplomacia podrá prevalecer sobre la confrontación militar.