La ciudad de Barcelona ha experimentado un notable crecimiento en el número de hogares unipersonales, una tendencia que se ha consolidado en los últimos años. Según los datos del padrón municipal, a fecha del 1 de enero de este año, el 31,6% de las viviendas en la ciudad están ocupadas por una sola persona. Este fenómeno refleja cambios significativos en la estructura demográfica y social de la ciudad, donde los hogares tradicionales de tres, cuatro o más personas han ido disminuyendo en número.
### Distribución de Hogares Unipersonales por Distritos
La distribución de estos hogares no es homogénea en toda la ciudad. Ciutat Vella se destaca como el distrito con la mayor proporción de viviendas unipersonales, con un 43,5% en la Barceloneta y un 41% en Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera. Otras áreas como el Gòtic y el Raval también muestran cifras significativas, con un 38% y un 34% respectivamente. En el distrito de Gràcia, el porcentaje de hogares unipersonales es del 35,1%, mientras que el Eixample y Sants-Montjuïc presentan cifras de 33,7% y 32,2% respectivamente.
Por otro lado, Sant Andreu se aleja de esta tendencia, con solo un 30,25% de sus viviendas ocupadas por una sola persona. Este distrito, en particular, muestra una mayor concentración de hogares con dos personas, especialmente en los barrios de Navas y Congrés i els Indians. Este fenómeno puede estar relacionado con la demografía de la zona, donde una proporción significativa de la población mayor de 65 años vive sola.
### Composición Demográfica de los Hogares Unipersonales
La composición de los hogares unipersonales también revela datos interesantes sobre la población de Barcelona. En general, la mayoría de las personas que viven solas son mayores de 65 años, representando un 26% del total de hogares unipersonales. Las personas de entre 40 y 64 años constituyen el 12,5%, mientras que el grupo de 25 a 39 años representa el 10,6%. Sin embargo, es notable que el peso de la nacionalidad extranjera es más alto en los hogares unipersonales de personas de entre 18 y 64 años, con un total de 31,092 hogares.
Un aspecto que destaca en la composición de estos hogares es la mayor presencia de mujeres que viven solas. De acuerdo con los datos, el 60,8% de los hogares unipersonales están ocupados por mujeres, mientras que solo el 39,2% lo están por hombres. A pesar de esta diferencia, la brecha entre ambos sexos se ha ido reduciendo en los últimos 28 años, con un aumento del 23,4% en el porcentaje de hombres que viven solos.
El informe ‘La población de Barcelona en 2025’, elaborado por la Oficina Municipal de Datos (OMD), sugiere que a medida que el Estado del Bienestar se desarrolla, hay más posibilidades de que las personas vivan solas. Además, la creciente incorporación de las mujeres al mercado laboral ha contribuido a que sean menos dependientes de los hombres y, por lo tanto, opten por vivir solas. Este fenómeno se ve reforzado por el aumento de la esperanza de vida, que es superior entre las mujeres.
### La Realidad de los Hogares con Menores
A pesar del crecimiento de los hogares unipersonales, los hogares ocupados por dos o más personas siguen siendo la mayoría en Barcelona, representando el 49,5% del total. De este porcentaje, el 19% son hogares compuestos únicamente por adultos, es decir, sin menores de edad. Esta tendencia indica que la presencia de niños en los hogares está disminuyendo, con solo un 21,8% de los domicilios que incluyen a menores de 18 años. En otras palabras, el 78,2% de los hogares en Barcelona no alberga a ninguna persona menor de edad, lo que se alinea con la tendencia de descenso de la población infantil en la ciudad.
Este cambio en la estructura familiar y demográfica de Barcelona plantea importantes preguntas sobre el futuro de la ciudad. La creciente proporción de hogares unipersonales y la disminución de la población infantil pueden tener implicaciones significativas en áreas como la planificación urbana, la educación y los servicios sociales. A medida que la ciudad continúa evolucionando, será crucial observar cómo estas tendencias afectan la vida cotidiana de sus habitantes y la dinámica social en general.