La situación en la Franja de Gaza ha alcanzado niveles alarmantes, con un alto costo humano que se ha incrementado desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás en octubre de 2023. Según informes recientes, más de 53,573 vidas se han perdido, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el 94% de los hospitales en Gaza están dañados o destruidos. Este escenario plantea serias preocupaciones sobre la capacidad de la población para acceder a atención médica y asistencia humanitaria.
**Impacto en la Salud y la Infraestructura**
La OMS ha informado que solo 19 de los 36 hospitales en Gaza están operativos, aunque de manera parcial. La situación se ha vuelto crítica, especialmente en el norte de Gaza, donde la asistencia sanitaria ha desaparecido casi por completo. Los pocos hospitales que aún funcionan en el sur están desbordados y enfrentan el riesgo inminente de cierre. La comunidad internacional ha expresado su preocupación, instando a un alto el fuego inmediato y recordando que los hospitales no deben ser militarizados ni considerados objetivos en un conflicto.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) ha reportado que 629 palestinos han muerto en la última semana, con un número alarmante de víctimas que incluye a niños y mujeres. Este aumento en la violencia ha llevado a la OACDH a cuestionar si todos los ataques israelíes estaban dirigidos a objetivos militares, dado el elevado número de ataques contra refugios y viviendas.
**Reacciones Internacionales y Demandas de Justicia**
La comunidad internacional ha comenzado a reaccionar ante la crisis humanitaria en Gaza. Al Fatá, el partido del presidente de la Autoridad Palestina, ha aplaudido la declaración de cerca de 80 Estados miembros de la ONU que exigen la protección de los civiles. Sin embargo, han enfatizado la necesidad de traducir estas palabras en acciones concretas que obliguen a Israel a poner fin a sus operaciones militares.
Además, un grupo de más de un centenar de juristas españoles ha denunciado lo que consideran un «genocidio» en Gaza, exigiendo a España y a la Unión Europea que tomen medidas efectivas para detener las violaciones de derechos humanos. Este grupo ha señalado que las acciones del ejército israelí constituyen crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, y han criticado la pasividad de la comunidad internacional, especialmente de Estados Unidos y la UE, en su respuesta a la crisis.
La situación se complica aún más con la reciente declaración del ex primer ministro israelí Ehud Barak, quien advirtió que la continuación de la guerra podría agravar el aislamiento diplomático y legal de Israel. Barak ha calificado de «visiones delirantes» las propuestas de ocupación permanente de Gaza y el traslado de la población palestina, sugiriendo que tales acciones solo intensificarían el conflicto.
**La Necesidad de un Alto el Fuego Inmediato**
La presión para un alto el fuego se intensifica, no solo por la devastación humanitaria, sino también por el creciente número de ataques que han resultado en la muerte de trabajadores humanitarios. Hamás ha denunciado la muerte de seis de estos trabajadores en un ataque israelí en Deir al Balá, acusando a Israel de intentar obstaculizar la distribución de ayuda humanitaria. La comunidad internacional ha instado a las partes a cesar las hostilidades y permitir el acceso humanitario a la población afectada.
El conflicto ha escalado a un punto en el que la intervención internacional parece ser la única solución viable para mitigar el sufrimiento de los civiles. La ONU y otras organizaciones humanitarias han reiterado la urgencia de establecer un alto el fuego y garantizar la protección de los civiles en Gaza, así como el acceso a la asistencia humanitaria.
La situación en Gaza es un recordatorio doloroso de la fragilidad de la paz en la región y de la necesidad de un compromiso renovado por parte de la comunidad internacional para abordar las causas subyacentes del conflicto. La presión sobre los líderes mundiales para que actúen y protejan a los civiles en Gaza es más crítica que nunca, y el tiempo para la acción es limitado.