El festival de Eurovisión 2025, celebrado en Basilea, Suiza, ha sido testigo de una intensa controversia que ha puesto de relieve la intersección entre la música y la política. Austria se ha coronado como la ganadora de esta edición con la emotiva canción ‘Wasted Love’, interpretada por JJ, pero el evento ha estado marcado por el debate sobre el impacto de los conflictos bélicos en el televoto, especialmente en relación con la participación de Israel.
La actuación de Israel, representada por Yuval Raphael, ha generado un aluvión de críticas y reflexiones sobre la naturaleza del certamen, que se autodenomina apolítico. A pesar de que la artista israelí recibió un apoyo masivo del televoto, acumulando 297 puntos, su posición en el ranking final fue complicada debido a la baja puntuación de los jurados profesionales, que solo le otorgaron 60 puntos. Esta disparidad ha llevado a RTVE, la televisión pública española, a solicitar una auditoría del televoto español, planteando la pregunta de si los conflictos bélicos influyen en las decisiones de los votantes.
### El Televoto y su Influencia en la Competencia
El televoto es un componente crucial en Eurovisión, permitiendo a los espectadores de los países participantes expresar su preferencia por las canciones. Este año, el televoto ha favorecido notablemente a Israel, que ha recibido el apoyo de 13 países, incluyendo a España, que le otorgó sus 12 puntos. Este fenómeno no es nuevo; en ediciones anteriores, el televoto también ha beneficiado a países en conflicto, como Ucrania en 2022, lo que ha suscitado preguntas sobre la influencia de la situación política en las decisiones de los votantes.
RTVE ha argumentado que el televoto podría estar condicionado por la percepción pública de los conflictos bélicos. En el caso de Israel, la historia reciente de violencia en Gaza ha llevado a un debate sobre si es apropiado que el país participe en un evento que se presenta como un festival de paz y unidad. La controversia se intensificó cuando los comentaristas de RTVE, Tony Aguilar y Julia Varela, hicieron referencia a la situación en Gaza durante la semifinal, lo que provocó una reprimenda por parte de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del evento, que amenazó con multar a España si se repetían tales comentarios.
La situación se complicó aún más cuando RTVE decidió desafiar esta advertencia, mostrando un mensaje en pantalla que abogaba por los derechos humanos y la paz en Palestina justo antes de la final. Este acto de desafío ha llevado a la televisión pública a enfrentar críticas tanto internas como externas, y ha abierto un debate sobre la responsabilidad de los medios en la cobertura de temas sensibles durante eventos de gran visibilidad como Eurovisión.
### La Reacción de España y el Futuro del Televoto
La participación de España en Eurovisión 2025 ha sido objeto de críticas, especialmente tras el bajo rendimiento de su representante, Melody, quien quedó en antepenúltima posición con solo 37 puntos. Algunos analistas sugieren que el posicionamiento de RTVE contra la participación de Israel pudo haber influido en la percepción del público hacia la candidatura española. Melody, por su parte, ha expresado su satisfacción con su actuación, aunque ha insinuado que factores extramusicales podrían haber afectado el resultado final.
La petición de RTVE para una auditoría del televoto español refleja una creciente preocupación por la transparencia y la equidad en el proceso de votación. La televisión pública busca entender si el sistema actual es el más adecuado y si las circunstancias políticas, como los conflictos bélicos, tienen un impacto significativo en las decisiones de los votantes. Esta solicitud podría llevar a una revisión de las normas de votación en el futuro, así como a un mayor escrutinio sobre cómo se manejan las votaciones en un contexto tan cargado de emociones y significados políticos.
La controversia en torno a Eurovisión 2025 pone de manifiesto la complejidad de la relación entre la música y la política, y cómo eventos que celebran la diversidad cultural pueden verse afectados por realidades geopolíticas. A medida que el festival continúa evolucionando, será interesante observar cómo se desarrollan estos debates y qué cambios podrían implementarse para garantizar que Eurovisión siga siendo un espacio de celebración y unidad, sin dejar de lado las realidades del mundo actual.