La situación de las familias con niños y jóvenes que presentan discapacidades en Catalunya es un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años. Las madres y padres de estos menores enfrentan una serie de desafíos que van más allá de la crianza y el cuidado diario. En este contexto, se han organizado protestas y movimientos que buscan visibilizar sus necesidades y exigir cambios en el sistema de salud y educación. A continuación, se analizan las principales problemáticas que enfrentan estas familias y las demandas que están surgiendo para mejorar su calidad de vida.
### Diagnósticos Tardíos y Falta de Recursos
Uno de los primeros obstáculos que enfrentan las familias es el diagnóstico de las discapacidades de sus hijos. En muchos casos, estos diagnósticos son tardíos, lo que retrasa el acceso a los recursos y tratamientos necesarios. La falta de formación de los profesionales de la salud, así como la saturación de los servicios, contribuyen a que muchas familias se sientan desamparadas. La situación se agrava cuando se trata de salud mental infanto-juvenil, donde los diagnósticos erróneos son comunes y las listas de espera son interminables.
Las familias se ven obligadas a transitar entre diferentes centros de atención, como los CDIAP (Centros de Desarrollo Infantil y Atención Precoz) y los CSMIJ (Centros de Salud Mental Infanto-Juvenil), sin una guía clara. Esta falta de coordinación entre los servicios de salud y educación genera una sensación de abandono y frustración. Las madres y padres se ven forzados a luchar por adaptaciones escolares y, en ocasiones, a buscar escuelas de educación especial, lo que añade otra capa de estrés a su vida diaria.
### La Presión del Sistema y la Violencia Machista
La presión que sienten las familias no solo proviene de la falta de recursos, sino también de un sistema que a menudo se muestra hostil. Muchas madres reportan que, en el proceso de búsqueda de ayuda, se enfrentan a la infantilización y culpabilización por parte de los profesionales. Esta situación se agrava cuando se considera que, en muchos casos, los padres varones no asumen la responsabilidad de involucrarse en el proceso de atención y cuidado, lo que se traduce en una forma de violencia machista que afecta a las madres.
La lucha por obtener servicios adecuados se convierte en una batalla constante. Las familias deben decidir qué “batallas” librar, priorizando las necesidades de sus hijos en un sistema que parece no escuchar sus demandas. La presión asistencial es insostenible, y las trabajadoras de los centros de atención, aunque hacen lo posible por ayudar, también se encuentran abrumadas por la falta de recursos y el alto volumen de trabajo.
### Demandas de Mejora y Visibilidad
Ante esta situación, las familias han comenzado a organizarse y a alzar la voz para exigir cambios. Una de las principales demandas es la unificación de los servicios de salud y educación bajo un mismo departamento, lo que facilitaría el acceso a recursos y evitaría la fragmentación del apoyo. Además, se reclama una mayor inversión en salud mental, así como la reducción de listas de espera y la mejora en la calidad de atención.
Las familias también están pidiendo que se reconozca la importancia de la salud mental en la infancia y adolescencia. Se estima que uno de cada cuatro niños y jóvenes en Catalunya necesitará algún tipo de recurso relacionado con la salud mental, lo que subraya la urgencia de abordar esta problemática de manera integral.
La visibilidad de estas demandas es crucial. Las madres y padres están decididos a luchar por la dignidad y el bienestar de sus hijos, recordando a la sociedad que, más allá de la discapacidad, estos niños son personas con derechos y necesidades que deben ser atendidas. La lucha por una atención adecuada y digna es una responsabilidad colectiva que involucra a todos los sectores de la sociedad.
### La Fuerza de la Comunidad
La organización de las familias ha demostrado ser una herramienta poderosa. A través de movimientos como el Sindicat de Mares i Germanes en la Diversitat Funcional, se han creado espacios de apoyo y solidaridad donde las madres pueden compartir sus experiencias y estrategias de afrontamiento. Esta comunidad se ha convertido en un pilar fundamental para muchas, brindando no solo apoyo emocional, sino también una plataforma para hacer escuchar sus voces.
La lucha por una atención digna y adecuada para los niños y jóvenes con discapacidad es un desafío que requiere la colaboración de todos. Las familias están decididas a no rendirse y a seguir luchando por un futuro mejor para sus hijos, donde la salud mental y el bienestar sean una prioridad en la agenda pública. La visibilidad de estas problemáticas es esencial para generar cambios significativos en el sistema y garantizar que todos los niños, independientemente de sus capacidades, tengan acceso a una vida plena y digna.
