El huracán Melissa ha causado estragos en el Caribe, dejando a su paso una estela de destrucción y caos. Con vientos que han superado los 240 kilómetros por hora, este fenómeno meteorológico ha sido catalogado como uno de los más devastadores de la temporada. En este artículo, exploraremos los efectos inmediatos de Melissa en Jamaica y su avance hacia Cuba, así como las medidas de evacuación y respuesta humanitaria que se han implementado en la región.
**Destrucción en Jamaica**
La noche del 28 de octubre de 2025, Jamaica fue golpeada por el huracán Melissa, que tocó tierra como un huracán de categoría 5. Las autoridades locales han declarado el país como «zona de desastre» debido a la magnitud de los daños. Se estima que más de 735,000 personas han sido evacuadas de sus hogares en preparación para el impacto del huracán. Las imágenes de la devastación son alarmantes: casas destruidas, árboles caídos y una gran parte de la población sin electricidad. La Compañía de Servicios Públicos de Jamaica (JPS) reportó que cerca de 240,000 clientes, aproximadamente el 35% de los usuarios, se quedaron sin suministro eléctrico tras el paso del huracán.
Las lluvias torrenciales han provocado inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra, lo que ha llevado a las autoridades a emitir alertas de emergencia. La situación es crítica, y se han reportado al menos diez muertes en la región, incluyendo tres en Jamaica y otras en Haití y Panamá. Los servicios de emergencia están trabajando arduamente para rescatar a las personas atrapadas y proporcionar asistencia a los afectados.
**Avance hacia Cuba y la Respuesta Internacional**
Tras su paso por Jamaica, el huracán Melissa se ha dirigido hacia Cuba, donde se espera que toque tierra en la costa oriental. A las 7:10 UTC del 29 de octubre, el huracán alcanzó la costa cubana cerca de Chivirico, en la provincia de Santiago de Cuba, con vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora. El Instituto Meteorológico de Cuba ha emitido alertas sobre la posibilidad de lluvias intensas que podrían acumular hasta 450 mililitros, así como marejadas ciclónicas con olas de hasta ocho metros.
Las autoridades cubanas han tomado medidas preventivas, incluyendo la evacuación de miles de personas en las provincias más vulnerables. Se han establecido refugios temporales y se están distribuyendo suministros de emergencia. La comunidad internacional también ha comenzado a responder a la crisis. Puerto Rico, por ejemplo, ha anunciado un programa de ayuda humanitaria para apoyar a Jamaica, ofreciendo recursos y asistencia a los damnificados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su preocupación por la situación y ha prometido ayuda humanitaria para Jamaica. En sus declaraciones, destacó la magnitud del huracán, afirmando que nunca había visto vientos tan fuertes. Esta respuesta internacional es crucial, ya que las naciones del Caribe enfrentan desafíos significativos en la recuperación de desastres naturales.
**Impacto a Largo Plazo y Preparativos Futuros**
El huracán Melissa no solo ha tenido un impacto inmediato en la infraestructura y la vida de las personas en Jamaica y Cuba, sino que también plantea preguntas sobre la preparación y la resiliencia ante futuros desastres. La región del Caribe es vulnerable a huracanes, y el cambio climático está exacerbando la intensidad y la frecuencia de estos fenómenos. Es esencial que los gobiernos y las organizaciones internacionales trabajen juntos para desarrollar estrategias de mitigación y respuesta que puedan proteger a las comunidades más vulnerables.
Las lecciones aprendidas de la devastación causada por Melissa deben ser utilizadas para mejorar los sistemas de alerta temprana, la planificación de evacuaciones y la infraestructura de respuesta a emergencias. La colaboración entre países, así como el apoyo de organizaciones no gubernamentales, será fundamental para ayudar a las comunidades a recuperarse y reconstruirse tras el paso de este huracán devastador.
En resumen, el huracán Melissa ha dejado una huella profunda en el Caribe, y su impacto se sentirá durante mucho tiempo. La respuesta inmediata es crucial, pero también lo es la planificación a largo plazo para enfrentar los desafíos que presentan los desastres naturales en un mundo en constante cambio.
