El transporte interurbano en Catalunya está en medio de una transformación significativa, impulsada por la necesidad de modernizar una flota que, hasta ahora, ha estado rezagada en términos de sostenibilidad. Con la caducidad de las concesiones históricas en 2028, la Generalitat de Catalunya está trazando un nuevo modelo que busca reducir el impacto ambiental y económico del transporte público por carretera. Este cambio es crucial, ya que el transporte es responsable del 34% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la región, lo que lo convierte en uno de los principales focos de contaminación.
### La Electrificación como Pilar Fundamental
Uno de los objetivos más ambiciosos de la Generalitat es la electrificación progresiva de los autobuses interurbanos. Actualmente, solo el 1% de la flota está electrificada, lo que pone de manifiesto la magnitud del desafío que enfrenta el sector. La Generalitat ha aprobado una serie de presupuestos de carbono que se comprometen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 31% para 2030, en comparación con los niveles de 1990. Dentro de este marco, se establece un objetivo específico de reducción del 19% en las emisiones del transporte.
La electrificación no solo es una cuestión de modernización, sino también de necesidad. Con el aumento de la demanda de transporte interurbano, que ha crecido un 17% en los últimos cuatro años, es imperativo que la flota se adapte a las nuevas exigencias ambientales y de movilidad. La Generalitat está trabajando en un concurso para adjudicar nuevas concesiones que contemplen vehículos adecuados para cada tipo de servicio, desde grandes corredores hasta líneas más pequeñas y a demanda. Este concurso se presenta como una oportunidad única para transformar la flota hacia un modelo más sostenible.
### Desafíos y Oportunidades en la Modernización
La modernización del transporte interurbano también implica la creación de una infraestructura adecuada para soportar la nueva flota electrificada. La Generalitat está diseñando un modelo que garantice la cobertura de puntos de recarga en todo el territorio, lo que es esencial para asegurar la viabilidad de la electromovilidad. Este aspecto será crucial en el proceso de conversión, y las administraciones tendrán un papel fundamental en su implementación.
En comparación, la flota de autobuses urbanos de Barcelona, gestionada por TMB, ya ha avanzado significativamente en este aspecto. Actualmente, el 25% de su flota es cero emisiones, compuesta principalmente por autobuses eléctricos y algunos de hidrógeno verde. Este contraste resalta la necesidad de que el transporte interurbano siga el ejemplo de la capital catalana y adopte medidas similares para alcanzar los objetivos de sostenibilidad.
La electrificación de la flota interurbana no solo es un paso hacia la descarbonización, sino que también puede mejorar la calidad del aire y la salud pública en las áreas que actualmente sufren por la contaminación del transporte. La Generalitat está colaborando con la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) para definir qué tipo de vehículos son más eficientes en cada caso, considerando opciones como biogás y hidrógeno, además de la electricidad.
### Un Futuro Sostenible para el Transporte Público
El futuro del transporte interurbano en Catalunya se presenta lleno de retos, pero también de oportunidades. La Generalitat está comprometida a crear un nuevo mapa de transporte por carretera que esté listo para diciembre de 2026. Este nuevo diseño no solo tendrá en cuenta la eficiencia y sostenibilidad, sino que también buscará integrar el transporte interurbano con otros medios de transporte público, especialmente el ferroviario.
La transformación del transporte interurbano es un paso necesario hacia un modelo de movilidad más sostenible y eficiente. Con la electrificación de la flota y la creación de una infraestructura adecuada, Catalunya puede liderar el camino hacia un futuro donde el transporte público sea una opción viable y respetuosa con el medio ambiente. La colaboración entre las administraciones y los operadores será clave para garantizar que estos objetivos se cumplan y que la transición hacia un sistema de transporte más limpio y eficiente sea exitosa.
