El 29 de octubre de 2024, la Comunitat Valenciana fue golpeada por una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que dejó a su paso devastación y caos. Un año después, las obras de reconstrucción se han convertido en un símbolo de la resiliencia de la región, aunque el proceso ha sido complejo y ha enfrentado múltiples desafíos. Desde la recuperación de infraestructuras hasta la gestión de residuos, el esfuerzo por restaurar la normalidad en València es un trabajo en progreso que involucra a diversas instituciones y un considerable despliegue de recursos económicos.
**Obras de Infraestructura: Un Proceso Lento pero Necesario**
Las obras de reconstrucción abarcan una amplia gama de infraestructuras, desde puentes y carreteras hasta sistemas de alcantarillado y depuradoras. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha liderado la ejecución de 17 obras de emergencia con una inversión superior a los 220 millones de euros. Estas obras están diseñadas para garantizar el abastecimiento de agua y la seguridad de la población ante futuras avenidas. Entre las actuaciones más destacadas se encuentra la reparación de la presa de Forata y la restauración del barranco del Poyo, que han sido cruciales para mitigar los efectos de la inundación.
La Generalitat también ha movilizado una inversión significativa, alcanzando los 700 millones de euros en total. Esta suma incluye 225 millones destinados a la gestión de residuos y 140 millones para la modernización de Metrovalencia. Las infraestructuras de transporte han sido particularmente afectadas, con la red de Metrovalencia sufriendo daños severos que la dejaron inutilizable durante meses. Sin embargo, a partir de noviembre de 2024, se han ido reabriendo las líneas de metro y tranvía, lo que ha permitido recuperar gradualmente la conectividad en la región.
A pesar de estos avances, la recuperación de las carreteras ha sido un proceso más lento. Aunque se han restaurado 18 carreteras afectadas, el gobierno autonómico ha denunciado que las obras de titularidad estatal aún están pendientes, lo que ha generado frustración entre los ciudadanos. La falta de una respuesta rápida por parte del Gobierno central ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre la reconstrucción.
**Gestión de Residuos y Recuperación del Ciclo del Agua**
Uno de los retos más significativos tras la DANA ha sido la gestión de los residuos generados por la inundación. La Generalitat ha llevado a cabo un plan de residuos que ha incluido la evacuación de un millón de toneladas de lodo y fango, convirtiéndose en el contrato más costoso de la historia de la Generalitat, con un costo de 204 millones de euros. Este esfuerzo ha sido crucial para limpiar las áreas afectadas y restaurar la normalidad en la vida de los ciudadanos.
La depuración del agua también ha sido un aspecto crítico en el proceso de reconstrucción. Las inundaciones causaron daños en 123 depuradoras en la Comunitat Valenciana, y se ha trabajado arduamente para restaurar todas ellas antes del verano de 2025. La Conselleria de Medio Ambiente ha asegurado que se han ejecutado todas las actuaciones necesarias para garantizar el ciclo del agua en la región, aunque los daños en la red de alcantarillado han requerido un esfuerzo adicional.
La preocupación por el estado de los espacios naturales también ha sido una prioridad. El Parc Natural de l’Albufera, que sufrió daños significativos, ha recibido atención especial con un plan de choque que ha permitido retirar 40,000 toneladas de residuos. Este esfuerzo ha sido complementado por la rehabilitación de senderos y áreas de uso público en otros espacios naturales afectados, como el Parc Natural del Túria.
A medida que se avanza en la reconstrucción, el barranco de la Saleta se ha convertido en un punto focal de atención. Se han propuesto proyectos para evitar futuros desbordamientos, y se espera que las obras comiencen en 2026. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Aldaia ha tomado medidas preventivas, instalando compuertas para proteger las viviendas de posibles inundaciones.
La recuperación tras la DANA ha sido un proceso complejo que ha requerido la colaboración de diversas instituciones y un compromiso significativo de recursos. Aunque se han logrado avances importantes, el camino hacia la completa restauración de la normalidad en València continúa, y la comunidad sigue trabajando unida para superar los desafíos que aún persisten.
