La educación inclusiva es un derecho fundamental que busca garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades o necesidades, tengan acceso a una educación de calidad en un entorno que fomente la igualdad. Sin embargo, en Catalunya, este ideal se enfrenta a serios obstáculos. A pesar de la aprobación del decreto de educación inclusiva en 2017, las familias de más de 325.000 alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NESE) continúan luchando por obtener los recursos necesarios para asegurar que sus hijos puedan aprender y participar plenamente en la escuela.
La situación actual es alarmante. Según la Associació Federada de Famílies d’Alumnes de Catalunya (Affac), el Departament de Educació no ha cumplido con los compromisos adquiridos en el decreto, lo que ha llevado a un aumento en la frustración y el desgaste emocional de las familias. La falta de recursos adecuados no solo afecta el rendimiento académico de los estudiantes, sino que también limita su participación en actividades extracurriculares, como deportes o colonias, que son esenciales para su desarrollo social y emocional.
### La Realidad de los Recursos Educativos
El decreto de educación inclusiva establece que cada niño con necesidades específicas debe contar con los apoyos necesarios a lo largo de su etapa educativa. Sin embargo, en la práctica, son las familias las que deben luchar constantemente por estos recursos. La falta de personal especializado, como maestros de educación especial, logopedas y fisioterapeutas, es una de las principales quejas de los padres.
La directora de Affac, Lidón Gasull, ha destacado que el incremento en la detección de alumnos con NESE es un paso positivo, pero no suficiente. «Solo aquello que se conoce se puede atender», afirma, subrayando la necesidad de implementar el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) en todos los centros educativos. Este enfoque busca adaptar la enseñanza a las diversas necesidades de los estudiantes, garantizando que todos tengan la oportunidad de aprender en un ambiente inclusivo.
A pesar de que el sistema educativo ha visto un aumento en el porcentaje de alumnado con NESE, pasando del 6% al 26% en la última década, la falta de recursos sigue siendo un problema crítico. En el curso 2025-26, se han identificado 9.000 estudiantes más que el año anterior, lo que pone de manifiesto la creciente necesidad de atención especializada.
### La Necesidad de un Cambio Estructural
El futuro de la educación inclusiva en Catalunya depende de cambios estructurales significativos. Actualmente, el Gobierno está negociando un proyecto legislativo que establecerá un mínimo de docentes especialistas en las escuelas para apoyar a los alumnos con necesidades educativas especiales. Esta medida es crucial, ya que permitirá que cada comunidad autónoma ajuste el número de profesionales según sus necesidades específicas.
Sin embargo, las familias y organizaciones como Affac advierten que no basta con aumentar el número de docentes. Es fundamental que estos profesionales estén debidamente capacitados y que se les brinden los recursos necesarios para atender a la diversidad del alumnado. La carencia de personal especializado, como educadores sociales y maestros de pedagogía terapéutica, es una de las principales barreras que enfrenta la educación inclusiva en Catalunya.
La situación se complica aún más con la supresión de plazas en centros educativos, lo que ha llevado a un aumento en el número de estudiantes que son derivados a centros de educación especial. Esta tendencia refleja la falta de confianza de las familias en el sistema educativo ordinario, que no puede garantizar una respuesta adecuada a las necesidades de sus hijos.
La campaña #JoTambéHiVullAnar, impulsada por Affac, busca visibilizar la urgencia de una educación pública inclusiva. Las familias exigen que se tomen medidas inmediatas para garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades, tengan acceso a una educación de calidad. La inclusión no es solo una cuestión de derechos, sino una necesidad urgente que debe ser abordada con seriedad y compromiso por parte de las autoridades educativas.
La educación inclusiva es un reto que requiere la colaboración de todos los actores involucrados: familias, educadores, administraciones y la sociedad en su conjunto. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá construir un sistema educativo que realmente refleje los principios de igualdad y diversidad, asegurando que cada niño y niña tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.