El antiguo cuartel de la Guardia Civil en Sabadell, conocido como ‘La Caserna’, ha sido el centro de atención en los últimos días debido a la situación de sus ocupantes. Este edificio, que ha permanecido vacío durante más de 25 años, fue ocupado recientemente por unas 40 personas, muchas de ellas familias en situación de vulnerabilidad. La noticia del desalojo, programado para el 17 de octubre, ha generado un gran revuelo en la comunidad y ha puesto de manifiesto la crisis de vivienda que afecta a muchas ciudades en España.
La decisión del Ayuntamiento de Sabadell de desalojar a los ocupantes se basa en un informe urbanístico que señala un «riesgo de derrumbe» en la estructura del edificio. Este informe, fechado el 10 de octubre, concluye que el inmueble no es apto para su uso y recomienda que se limite el acceso al mismo. Sin embargo, la ejecución del desalojo ha sido aplazada, lo que ha dado un respiro temporal a los residentes, quienes han expresado su preocupación y miedo ante la posibilidad de perder su hogar.
La situación es especialmente crítica para las familias con menores, quienes han encontrado en ‘La Caserna’ un refugio temporal. Una de las residentes comentó: «No tenemos otro lugar donde ir. Aquí, al menos, dormimos bajo techo». Este testimonio refleja la dura realidad que enfrentan muchas personas que, debido a la crisis económica y el aumento de los precios de alquiler, se ven obligadas a ocupar espacios vacíos para sobrevivir.
La Sindicatura de Greuges de Catalunya ha intervenido en este asunto, pidiendo al Ayuntamiento que reconsidere el desalojo y garantice una alternativa habitacional para los afectados. En su informe, la Sindicatura advierte que ha abierto una actuación de oficio y solicita que se suspenda la medida si el riesgo de colapso no es generalizado. Además, han pedido que se proporcione información sobre los recursos de alojamiento de emergencia disponibles para las familias afectadas.
La voz de las organizaciones sociales también se ha hecho escuchar. La entidad Ningú Sense Sostre ha acompañado a los ocupantes y su portavoz, Jordi Solé, ha lamentado que la situación se haya precipitado sin ofrecer una alternativa digna. «No hablamos de delincuentes, sino de gente que se ha quedado sin techo y ha ocupado un espacio vacío desde hace más de dos décadas», afirmó Solé, subrayando la necesidad de abordar la crisis de vivienda desde una perspectiva más humana y comprensiva.
Mientras tanto, los residentes de ‘La Caserna’ viven en un estado de incertidumbre. Aunque el Ayuntamiento ha insistido en que la prioridad es la seguridad y el cumplimiento del informe técnico, los ocupantes se encuentran en un limbo, sin saber cuándo se ejecutará el desalojo. Uno de los jóvenes que vive en el edificio ironizó: «Nos han dicho que hay riesgo de derrumbe, pero aquí no se ha caído nada en 25 años». Esta declaración pone de relieve la desconfianza que sienten hacia las autoridades y la falta de soluciones efectivas para su situación.
La crisis de vivienda en España ha alcanzado niveles alarmantes, y casos como el de ‘La Caserna’ son solo la punta del iceberg. Muchas personas se ven obligadas a ocupar edificios vacíos debido a la falta de opciones asequibles en el mercado de la vivienda. Este fenómeno no es exclusivo de Sabadell; se observa en muchas ciudades del país, donde el aumento de los precios de alquiler ha dejado a numerosas familias en la calle o en condiciones precarias.
La situación en ‘La Caserna’ es un reflejo de la lucha por el derecho a la vivienda, un derecho fundamental que debería ser garantizado a todos los ciudadanos. La falta de políticas efectivas para abordar la crisis de vivienda ha llevado a un aumento en la ocupación de edificios vacíos, lo que a su vez ha generado tensiones entre los ocupantes y las autoridades locales.
A medida que se acerca la fecha del desalojo, la presión sobre el Ayuntamiento de Sabadell aumenta. Los residentes y las organizaciones sociales continúan haciendo un llamado a la acción, instando a las autoridades a encontrar soluciones que no solo garanticen la seguridad estructural del edificio, sino que también ofrezcan alternativas habitacionales dignas para quienes se encuentran en situaciones vulnerables. La espera se prolonga, y con ella, la incertidumbre de quienes han encontrado en ‘La Caserna’ un hogar temporal en medio de la crisis.