La halterofilia, un deporte que alguna vez fue muy popular en España, está experimentando un resurgimiento notable en los últimos años. A pesar de que la disciplina había visto una disminución en el número de licencias, la llegada de nuevas figuras y el auge del ‘crossfit’ han revitalizado el interés por el levantamiento de pesas. En la década de 1990, el deporte alcanzó su punto máximo con más de 10,000 licencias en todo el país, pero con el tiempo, ese número se redujo a alrededor de 2,000. Sin embargo, en la actualidad, el número de licencias ha aumentado a 4,179, lo que representa un 0.1% del total de licencias deportivas en España. En Cataluña, el número es de 202, un 0.03%. Este crecimiento es especialmente notable entre las mujeres, quienes han comenzado a romper estereotipos y a hacerse un nombre en un deporte que históricamente ha sido dominado por hombres.
### La Revolución Femenina en la Halterofilia
Uno de los factores más significativos en el resurgimiento de la halterofilia es el aumento en el número de licencias femeninas. En 2006, solo había cuatro licencias femeninas en Cataluña, pero para 2023, ese número ha crecido a 115, superando por primera vez a las licencias masculinas. A nivel nacional, las cifras son aún más impresionantes, pasando de 376 licencias femeninas en 2007 a 1,740 en 2024, lo que representa más del 40% del total de licencias. Este cambio ha sido impulsado por la figura de Lydia Valentín, quien ha sido una inspiración para muchas jóvenes atletas. Con medallas olímpicas en su haber, Valentín ha demostrado que las mujeres pueden sobresalir en este deporte, ayudando a desmantelar los estereotipos que rodean a las mujeres fuertes.
María Olalla, una joven haltera de Vilanova i la Geltrú, es un ejemplo perfecto de esta nueva generación de atletas. Nacida en 2005, Olalla ha logrado convertirse en triple campeona de España y ha competido en el Mundial y el Europeo júniors. Su camino hacia la halterofilia comenzó en el ‘crossfit’, donde descubrió su pasión por el levantamiento de pesas. A pesar de las inseguridades iniciales sobre su cuerpo y los comentarios negativos que recibió, Olalla ha aprendido a aceptar y celebrar su fuerza. En una publicación de Instagram, reflexionó sobre su evolución personal y cómo ha llegado a entender que no hay nada de malo en ser una mujer fuerte. «¿Qué es lo que tiene de malo una mujer fuerte?», se pregunta, desafiando las normas sociales que a menudo critican a las mujeres por su físico.
### Historias de Superación en el Deporte
Otro ejemplo inspirador es Mario Ruiz, un haltera de Molins de Rei que ha tenido que superar grandes obstáculos en su carrera. Ruiz, quien comenzó en el deporte a una edad temprana, ha enfrentado lesiones que amenazaron su futuro en la halterofilia. Después de una operación en la rodilla que le dejó una cicatriz permanente, Ruiz se vio obligado a replantearse su carrera. A pesar de las dificultades, logró regresar al deporte y se convirtió en campeón del mundo en arrancada, ganando la única medalla española en el último campeonato mundial. Su historia es un testimonio de la resiliencia y la determinación que caracteriza a los atletas de halterofilia.
Ruiz también ha sido testigo del cambio en la percepción del deporte. Recuerda que hace una década, la mayoría de las personas no sabían lo que era la halterofilia. Hoy en día, los campeonatos están llenos de jóvenes competidores, lo que demuestra un creciente interés en la disciplina. La halterofilia no solo está ganando popularidad, sino que también está cambiando la vida de quienes la practican, brindando una comunidad de apoyo y un sentido de pertenencia.
El futuro de la halterofilia en España parece prometedor, especialmente con la creciente participación de mujeres en el deporte. La evolución de la percepción social sobre la fuerza femenina está ayudando a abrir puertas y a crear un ambiente más inclusivo para todos los atletas. Con figuras como María Olalla y Mario Ruiz liderando el camino, la halterofilia está en una trayectoria ascendente, y es probable que veamos aún más éxitos en los próximos años. La pregunta que queda es: ¿qué más se puede lograr en un deporte que ha demostrado ser un campo de batalla para la igualdad y la superación personal?