La situación en Gaza ha generado un profundo impacto en la sociedad israelí, pero la respuesta cultural parece estar desconectada de la realidad que se vive en la franja. A pesar de los constantes bombardeos y la creciente preocupación internacional, muchos israelíes continúan llevando una vida cotidiana que parece ajena al sufrimiento de sus vecinos. En este contexto, el editor Uriel Kon se ha convertido en una voz disonante, desafiando la narrativa predominante en el ámbito literario y cultural de Israel.
La vida cotidiana en Israel se desarrolla en un ambiente de aparente normalidad. Las calles de Tel-Aviv y Jerusalén están llenas de gente que disfruta de actividades de ocio, como ir a bares, restaurantes y cines. Sin embargo, esta normalidad contrasta con la realidad de Gaza, donde la violencia y la destrucción son parte del día a día. En los últimos dos años, tras el ataque de Hamás en octubre de 2023, se han publicado alrededor de 300 libros en hebreo sobre el conflicto, pero la mayoría de ellos carecen de una crítica significativa hacia la situación de los palestinos. Esta falta de sensibilidad ha sido objeto de críticas por parte de Kon, quien ha decidido tomar una postura clara en su editorial, Tesha Neshamot.
### La Voz de Uriel Kon y su Editorial
Uriel Kon, un editor israelí de origen argentino, ha estado al frente de Tesha Neshamot, un sello independiente que se ha destacado por su compromiso con la diversidad de voces. Desde agosto de 2025, Kon ha incluido en la contraportada de sus libros una declaración en la que condena el asesinato de inocentes en Gaza y pide un alto el fuego inmediato. Esta postura ha sido recibida con burlas y un boicot por parte de otros editores y escritores, lo que ha llevado a Kon a experimentar un creciente ostracismo en el ámbito literario israelí.
Kon señala que la mayoría de los libros que se encuentran en las librerías israelíes se centran en las experiencias de rehenes liberados o en relatos de militares, dejando de lado las voces palestinas. A pesar de la existencia de sociólogos y antropólogos que han intentado publicar sus obras, muchos se ven obligados a hacerlo en otros idiomas, ya que no hay espacio para sus perspectivas en el mercado literario hebreo. La falta de representación de autores palestinos en las librerías es un reflejo de la insensibilidad cultural que permea la sociedad israelí.
El editor también critica a escritores de renombre, como David Grossman, quien a pesar de manifestar su oposición a la política de Netanyahu, no ha sido lo suficientemente contundente en sus declaraciones en medios israelíes. Grossman, que finalmente utilizó el término ‘genocidio’ en una entrevista con un medio italiano, ha sido señalado por Kon como un ejemplo de cómo muchos intelectuales israelíes eligen expresar su rechazo en el extranjero, pero evitan hacerlo en su propio país. Esta ambigüedad en sus posturas es vista como insuficiente por Kon, quien argumenta que la cultura debe ser un vehículo para la verdad y la justicia.
### La Cultura como Reflejo de la Realidad
La cultura tiene un papel fundamental en la formación de la opinión pública y en la construcción de narrativas. Sin embargo, en Israel, la tasa de lectura ha disminuido drásticamente en los últimos años, cayendo un 40% en general y un 50% desde el inicio del conflicto. Esta disminución en el interés por la lectura puede estar relacionada con la forma en que la cultura se ha visto afectada por la política y la guerra. Kon sostiene que las sociedades que permiten que la cultura sea socavada son más propensas a cometer atrocidades sin que la población se sienta incómoda.
El editor lamenta la falta de voces críticas que aborden la necesidad de un diálogo constructivo para la reconstrucción de la sociedad israelí-palestina. Muchos intelectuales parecen más preocupados por las críticas internacionales que por la situación en Gaza. La incomodidad que sienten ante el boicot cultural de autores como Sally Rooney es un indicativo de que la cultura y la literatura están profundamente entrelazadas con la política y la percepción internacional.
La lucha de Uriel Kon es un llamado a la acción para que la comunidad literaria israelí se enfrente a su propia realidad y asuma la responsabilidad de dar voz a todas las partes involucradas en el conflicto. La literatura puede ser un poderoso medio para fomentar la empatía y la comprensión, pero para ello es necesario que los escritores y editores se atrevan a desafiar el status quo y a abordar las verdades incómodas que han sido silenciadas. En un momento en que la cultura puede ser un refugio o un arma, la elección de las palabras y las historias que se cuentan puede marcar la diferencia en la búsqueda de una paz duradera.