La reciente situación judicial del exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha suscitado un intenso debate en el ámbito político y legal. Cerdán enfrenta serias acusaciones relacionadas con el caso Koldo, una trama de corrupción en la adjudicación de obras públicas. Su defensa ha optado por una estrategia que ha sido calificada como «insultante» por el Tribunal Supremo, lo que ha llevado a comparaciones con la defensa de otros acusados en casos de alto perfil, como el ‘procés’.
### La Estrategia de Defensa de Cerdán
La defensa de Santos Cerdán ha decidido enmarcar su situación en un contexto de persecución política, alegando que las imputaciones en su contra son parte de un complot orquestado por el juez instructor, Leopoldo Puente, junto con la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Este enfoque ha sido considerado por el alto tribunal como un intento de deslegitimar el proceso judicial, sugiriendo que la investigación está manipulada y que los magistrados están involucrados en una conspiración contra el expolítico socialista.
El último escrito de la defensa, que fue rechazado por el magistrado, argumentaba que su imputación tenía como objetivo «influir en la acción del Gobierno». Sin embargo, el Tribunal Supremo ha calificado esta afirmación como un «disparate», sugiriendo que implica una falta de respeto hacia la independencia del poder judicial. Las fuentes del tribunal han señalado que este tipo de defensa recuerda a las estrategias utilizadas por otros acusados en el pasado, quienes también intentaron desviar la atención de las acusaciones hacia una supuesta persecución política.
### Comparaciones con el ‘Procés’
El Tribunal Supremo ha hecho hincapié en que la defensa de Cerdán se asemeja a la de los acusados en el ‘procés’, donde la estrategia se centraba más en la opinión pública y en organismos internacionales que en el tribunal que debía juzgarlos. En el caso del ‘procés’, los acusados argumentaron que su juicio era una persecución política por su participación en la celebración de un referéndum ilegal. Sin embargo, en el caso de Cerdán, las acusaciones son de corrupción administrativa, lo que complica su defensa.
El abogado de Cerdán, Benet Salellas, quien también fue diputado de la formación antisistema CUP, ha defendido la estrategia de ruptura, que busca cuestionar la autoridad del sistema judicial. Esta táctica, según el jurista Antonio Alberca, se basa en la negación de la legitimidad del proceso judicial y en la búsqueda de réditos políticos. Esta estrategia ha sido utilizada en otros contextos, como en la defensa de los insurgentes argelinos durante la Guerra de Independencia de Argelia, donde se buscaba cambiar la percepción pública a través de la presión internacional.
### La Respuesta de la Fiscalía
La Fiscalía Anticorrupción, liderada por el fiscal jefe Alejandro Luzón, ha calificado las alegaciones de la defensa de Cerdán como «insostenibles» y ha criticado el contenido «parcialmente extrajurídico» de sus argumentos. En su informe, Luzón ha señalado que las afirmaciones de la defensa están llenas de consideraciones políticas y especulativas, lo que pone en duda la seriedad de su estrategia. Además, ha defendido la autenticidad de las pruebas presentadas en el caso, incluyendo grabaciones que se remontan a 2019, pero que fueron manipuladas según la defensa.
El juez Leopoldo Puente ha respaldado la posición de la Fiscalía, afirmando que las grabaciones son uno de los indicios más contundentes en contra de Cerdán. La defensa ha argumentado que el juez Puente actuó de manera irregular al ordenar la investigación de aforados sin el correspondiente suplicatorio, pero el magistrado ha justificado su decisión como necesaria para determinar si había indicios suficientes para proceder.
### Implicaciones Políticas y Sociales
La defensa de Cerdán no solo se enfrenta a un desafío legal, sino que también tiene implicaciones políticas significativas. La estrategia de acusar a las fuerzas de seguridad y al sistema judicial de conspiración puede tener repercusiones en la percepción pública del caso y en la confianza en las instituciones. La defensa ha manifestado que deben «actuar como si hubiese justicia», lo que sugiere una desconfianza en el sistema judicial actual.
Este enfoque ha generado un debate sobre la legitimidad de las acusaciones y la independencia del poder judicial en España. La comparación con el ‘procés’ resalta la complejidad de los casos de corrupción y la dificultad de separar la política de la justicia. En un contexto donde la opinión pública juega un papel crucial, la defensa de Cerdán busca capitalizar la narrativa de persecución política, aunque su éxito en el ámbito judicial sigue siendo incierto.