Los chimpancés, conocidos por su inteligencia y comportamiento social, han revelado un aspecto inesperado de su dieta: el consumo de alcohol. Investigaciones recientes han demostrado que estos primates ingieren cantidades significativas de etanol a través de las frutas que forman parte de su alimentación habitual en la selva. Este hallazgo no solo sorprende por la cantidad de alcohol que consumen, sino también por las implicaciones que tiene sobre la comprensión de la relación entre humanos y primates.
### Un consumo notable de etanol
Los científicos de la Universidad de California han descubierto que los chimpancés pueden consumir el equivalente a más de dos copas de alcohol al día. Esto se debe a que las frutas que forman parte de su dieta, como los higos y otras variedades, contienen etanol en cantidades que pueden llegar a un 0,26% en peso. En promedio, un chimpancé consume alrededor de 4,5 kilogramos de fruta al día, lo que representa aproximadamente tres cuartas partes de su dieta. Esto significa que, incluso con concentraciones relativamente bajas de alcohol, la cantidad total que ingieren puede ser considerable.
Aleksey Maro, uno de los investigadores, explica que los chimpancés machos y hembras consumen alrededor de 14 gramos de etanol puro al día. Este dato es relevante, ya que una bebida alcohólica estándar contiene la misma cantidad de etanol, lo que implica que, en términos de su masa corporal, los chimpancés están ingiriendo una cantidad de alcohol similar a la que consumiría un humano promedio. Sin embargo, a diferencia de los humanos, los chimpancés no parecen mostrar signos evidentes de intoxicación, lo que plantea preguntas sobre cómo metabolizan el alcohol y cómo afecta su comportamiento.
### La conexión con nuestros ancestros
Este consumo de alcohol no es solo un rasgo aislado de los chimpancés, sino que también sugiere que nuestros ancestros humanos pudieron haber tenido una relación similar con el etanol. La exposición crónica a niveles bajos de alcohol podría haber sido parte de la dieta de los primeros humanos, quienes también consumían frutas fermentadas. Esta idea se alinea con la hipótesis del «mono borracho», propuesta por el profesor Robert Dudley, que sugiere que el deseo humano por el alcohol podría tener raíces evolutivas en el consumo de frutas fermentadas por parte de nuestros ancestros primates.
Dudley ha defendido esta teoría durante más de dos décadas, y aunque inicialmente fue recibida con escepticismo, cada vez más investigaciones apoyan la idea de que los primates, incluidos los chimpancés, pueden buscar frutas con un alto contenido de etanol. Este comportamiento podría ser un vestigio de una adaptación evolutiva que favoreció el consumo de alimentos ricos en azúcares y, por ende, en alcohol.
Los estudios realizados en diferentes ubicaciones, como Ngogo en Uganda y Taï en Costa de Marfil, han permitido a los investigadores calcular la tasa promedio de consumo de etanol en la dieta de los chimpancés. La investigación ha revelado que, a pesar de que los chimpancés no buscan intencionadamente el alcohol, la cantidad que ingieren a través de su dieta es significativa y podría tener efectos en su comportamiento y salud a largo plazo.
### Implicaciones para la conservación y el bienestar de los chimpancés
El descubrimiento del consumo de alcohol por parte de los chimpancés también tiene implicaciones importantes para su conservación y bienestar en cautiverio. Muchos chimpancés en zoológicos y centros de conservación no tienen acceso a una dieta que incluya frutas fermentadas, lo que podría afectar su salud y comportamiento. La falta de esta fuente de etanol podría ser un factor que contribuya a problemas de salud y comportamiento en estos animales en cautiverio.
Además, entender cómo los chimpancés metabolizan el alcohol y cómo este consumo afecta su comportamiento puede proporcionar información valiosa para su manejo en entornos de conservación. La investigación sobre el consumo de alcohol en chimpancés también puede ayudar a los científicos a comprender mejor la evolución del comportamiento humano y la relación entre la dieta y la salud en primates.
En resumen, el consumo de alcohol por parte de los chimpancés no solo es un fenómeno fascinante que desafía nuestras percepciones sobre estos primates, sino que también abre nuevas vías de investigación sobre la evolución, la dieta y el comportamiento tanto de chimpancés como de humanos. A medida que se realizan más estudios, es probable que aprendamos más sobre cómo estos animales interactúan con su entorno y cómo su dieta influye en su salud y bienestar.