La crisis climática ha llevado a muchas ciudades a replantearse sus estrategias de sostenibilidad, y Barcelona no es la excepción. En un esfuerzo por mitigar los efectos del cambio climático, el Ajuntament de Barcelona ha lanzado el Pla Clima Escola, un ambicioso proyecto que busca climatizar todos los centros educativos de la ciudad bajo su competencia. Este plan no solo tiene como objetivo mejorar las condiciones de aprendizaje, sino que también se alinea con la estrategia de sostenibilidad de la ciudad, promoviendo la transición ecológica y la descarbonización de los edificios educativos.
### Un Plan Integral para la Climatización de Escuelas
El Pla Clima Escola Barcelona se implementará en dos fases hasta el año 2029, abarcando un total de 170 centros educativos, que incluyen 149 escuelas, 16 institutos-escuela, 2 escuelas de educación especial y 3 institutos. La primera fase, que comenzó en 2024 y se extenderá hasta 2026, se centrará en 84 centros seleccionados según criterios técnicos de necesidad y viabilidad. La segunda fase, que se desarrollará entre 2027 y 2029, completará la intervención en los 86 centros restantes.
Este plan tiene un impacto directo en la vida de aproximadamente 55,000 alumnos y sus docentes, garantizando un entorno de aprendizaje más saludable y confortable. La climatización de las aulas no solo es una cuestión de bienestar, sino que también se considera un aspecto fundamental para asegurar la igualdad educativa, ya que las condiciones térmicas pueden influir en el rendimiento académico.
Además de mejorar el confort térmico, el Pla Clima Escola se integra en la estrategia de sostenibilidad de Barcelona, que incluye la instalación de sistemas de energía fotovoltaica y la descarbonización progresiva de los edificios educativos. Esto significa que las escuelas no solo serán más cómodas, sino también más sostenibles, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
### Tecnología y Eficiencia Energética en las Aulas
La transformación de los centros educativos se llevará a cabo mediante la instalación de sistemas de aerotermia, que permiten generar tanto frío como calor, asegurando así un ambiente confortable durante todo el año. Además, se instalarán cerca de 30,000 metros cuadrados de placas fotovoltaicas, que proporcionarán energía limpia y sostenible para alimentar los nuevos sistemas de climatización. También se implementarán sistemas de control domotizado, que permitirán adaptar las soluciones tecnológicas a las necesidades específicas de cada centro educativo.
Antes de la instalación de estos sistemas, el plan contempla una serie de tareas de acondicionamiento, que pueden incluir la revisión de cubiertas, trabajos de impermeabilización y mejoras en la ventilación natural. Estas acciones son esenciales para preparar los centros para la nueva infraestructura climática, asegurando que cada escuela esté lista para recibir las innovaciones tecnológicas que se implementarán.
El Ajuntament de Barcelona ha asumido la responsabilidad de climatizar todos los centros educativos bajo su competencia, incluyendo escuelas de primaria, institutos municipales y escuelas de educación especial. Hasta la fecha, se han climatizado 54 centros, con 24 intervenciones realizadas en 2024 y 30 en 2025. Para minimizar el impacto en la actividad lectiva, se han aprovechado las vacaciones de verano para llevar a cabo la mayoría de las instalaciones. En los casos donde la complejidad de la instalación lo requiera, se realizarán trabajos fuera del horario escolar.
El Pla Clima Escola no solo busca mejorar la calidad del aire interior de las aulas, actualizando los estándares de salubridad a los requerimientos más recientes, sino que también se propone crear un entorno más adecuado para la educación y el aprendizaje. Este enfoque integral hacia la descarbonización de los centros educativos es un paso significativo en la lucha contra la crisis climática.
La ejecución del Pla Clima Escola Barcelona está a cargo del Consorci d’Educació de Barcelona, con una inversión de 100 millones de euros, financiada a través de los ingresos municipales provenientes del recargo sobre el impuesto turístico. Este esfuerzo no solo transforma las escuelas, sino que también se enmarca dentro de una estrategia más amplia para enfrentar la crisis climática, reforzando la resiliencia de Barcelona ante los desafíos ambientales.
Gracias a estas intervenciones, las aulas de Barcelona se están convirtiendo en espacios no solo de enseñanza, sino también de confort climático y sostenibilidad. La educación y la conciencia medioambiental avanzan de la mano, preparando a las futuras generaciones para enfrentar los retos del cambio climático de manera más efectiva.