En las sombras del puente de Juan Bravo en Madrid, un joven ciclista se prepara para dejar su huella en el mundo del BMX. Álvaro Hernández, con tan solo 30 años, ha logrado posicionarse como el quinto mejor ciclista de flatland a nivel mundial. Su historia es un testimonio de dedicación, pasión y la búsqueda constante de la excelencia en un deporte que ha ganado reconocimiento en los últimos años.
### La Evolución del Flatland y el Viaje de Álvaro
El flatland, una subcategoría del BMX, se originó en California durante los años 70, cuando un grupo de jóvenes decidió imitar a sus ídolos del motocross. Sin embargo, debido a los altos costos de las motos, optaron por utilizar bicicletas. Con el tiempo, esta disciplina ha evolucionado, convirtiéndose en un arte que combina acrobacias y creatividad. Álvaro Hernández se enamoró de este deporte a los 13 años, y desde entonces, ha dedicado su vida a perfeccionar su técnica.
«Es un breakdance sobre ruedas. No usamos rampas ni obstáculos. Se trata de un baile donde la clave está en la originalidad», explica Álvaro. Su enfoque autodidacta le ha permitido desarrollar un estilo único que lo ha llevado a competir en el escenario internacional. A pesar de los nervios que siente antes de cada competición, su determinación es inquebrantable.
Preparándose para el campeonato de Europa que se celebrará en Países Bajos en octubre, Álvaro busca revalidar sus éxitos anteriores, donde ya ha conseguido medallas de plata y bronce. La presión es alta, pero su amor por el flatland lo impulsa a seguir adelante.
### La Pasión y el Compromiso de un Atleta
La vida de Álvaro no es la de un ciclista común. Su dedicación es comparable a la de un gimnasta de alto nivel. «Dedico un mínimo de cinco horas al día a practicar. Ocho años son necesarios para dominar la bicicleta y desarrollar un estilo personal», comenta. Su compromiso con el deporte es evidente, y su trayectoria ha sido marcada por un esfuerzo constante por encontrar su propia voz en el mundo del BMX.
Desde su primera competición en Barcelona, donde se sintió abrumado por los nervios, hasta sus triunfos consecutivos que lo llevaron a la categoría profesional, cada paso ha sido un aprendizaje. Álvaro ha tenido que luchar no solo por sus logros, sino también por la visibilidad del flatland en España.
«Cuando empecé a ganar títulos, me reuní con políticos para expresar mi desacuerdo ante la falta de instalaciones adecuadas para practicar. Mi objetivo es seguir luchando por mejores condiciones para las futuras generaciones de ciclistas», afirma.
A pesar de las dificultades, Álvaro ha encontrado apoyo en su comunidad. Ha creado una escuela en Barajas y Villaverde, donde enseña a jóvenes aspirantes a ciclistas. «Ambos centros son gratuitos y prestamos bicicletas a quienes se inscriben. Queremos fomentar el interés por el BMX y ayudar a los jóvenes a descubrir su pasión», explica.
### Mirando Hacia el Futuro
El futuro de Álvaro está lleno de ambiciones. Su meta inmediata es ganar el Campeonato de Europa y el Mundial que se celebrará en Arabia Saudí en noviembre. Sin embargo, también tiene planes más allá del BMX. Está a punto de finalizar su carrera en Marketing, lo que demuestra su deseo de tener un futuro más allá de las bicicletas.
«No me veo jubilándome sobre ruedas a los 67 años. Tengo otras ambiciones y quiero explorar diferentes caminos en la vida», dice. Aunque ha estado en reuniones con el Comité Olímpico, no cree que el flatland sea admitido en los Juegos Olímpicos a corto plazo, principalmente por la falta de una categoría femenina desarrollada.
A pesar de los desafíos, Álvaro sigue siendo un ferviente defensor del flatland y su potencial. «Mi vida es la de un gimnasta de alto nivel. Estoy aquí para dar visibilidad a este deporte y demostrar que tiene un lugar en el mundo del deporte», concluye.
Con su dedicación y pasión, Álvaro Hernández no solo aspira a ser un campeón, sino también un embajador del flatland, un deporte que sigue ganando terreno y reconocimiento en la escena deportiva internacional.